Lo que me interesa es la oportunidad de que todos nosotros nos convirtamos en algo diferente de lo que somos, construyendo espacios que aporten algo a la experiencia de lo que somos.
Richard Serra comienza a trabajar en fundiciones y acerías. Esta experiencia le ayuda a comprender el trabajo de los metales, sobre todo del acero, material con el que ha seguido trabajando a lo largo de toda su carrera. Este aspecto industrial y constructivo continuará presente a lo largo de toda su trayectoria.
Prescindiendo de los métodos convencionales para delinear el volumen y asegurar la masa, como el tallado y la soldadura, Serra comienza a crear esculturas precarias que se sostienen en virtud del equilibrio y la gravedad. Obras en constante estado de tensión que revelan el proceso de su propia fabricación. Progresivamente fue abordando esculturas de un tamaño y peso cada vez mayor, creando piezas site-specific para distintos encargos en medio de la naturaleza y en la ciudad.
Sin abandonar su estética minimalista, el trabajo de Serra adquiere reconocimiento por esta fisicalidad, enfatizada por su impresionante tamaño, peso y por su propuesta de la escultura como experiencia en si misma.